Lo primero que me cautivó de ti fueron tus ojos, grandes como de niña descubriendo el mundo, tu mirada marcada por la soledad del tiempo, que radicalmente se trasformaba al sonreír.
Yo te amaba antes de que llegaras a mi, te veía cuando me recostaba en el pasto y a la sombra de los árboles, cuando caminaba por el campo, quería buscarte, pero no sabía donde, hasta que simplemente tú llegaste a mí.
Ayer cuando me preguntaste porqué te amaba quise abrazarte y llorar, pero me quedé ahí mientras me mirabas esperando respuesta; te amo porque eres el ser más noble que he conocido, te amo porque eres simple, infinitamente tranquila, te amo porque me das paz, te amo porque no cuestionas ni dudas, porque eres ingenua y tienes alma de niña, porque eres suave, dulce, serena, te amo porque eres sabía, no como yo que todo lo he leído, tu sabiduría viene desde antes que existieras, viene de la lucha de los hombres por la tierra, viene de fogones, de rukas, de machis, te amo porque eres capaz de entregar todo cuanto tienes y sabes sin mirar, ni preguntar.
Me siento tan feliz, independiente de que a veces las cosas son difíciles, estoy feliz porque puedo mirarte dormir, puedo cuidarte y llevarte el desayuno a la cama cada mañana, nunca antes yo había sonreído con tantas ganas, nunca antes había sentido que mis sueños, más que ser eso simples sueños, eran todo lo que puedo cumplir; ahora contigo.
Por Nini
Muy lindo tu relato, me emocionè hasta las làgrimas, un abrazo a la distancia.
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