Muchas cosas han cambiado en mi desde que Lilo está en mi vida, tengo la firme convicción de que encontrarla ha significado encontrarme y descubrirme también.
Antes habían cosas de las que yo huía, temas que no tocaba y otros para los que tenía mi discurso de evasivas perfectamente estructurado, palabras que repetía como perorata cuando mis tías o las amigas de mi madre nombraban la palabra de maternidad.
¿Hijos yo? No, no me apetece; aún no, soy tan joven; yo quiero disfrutar mi vida, o con el ritmo de vida que tengo, un hijo sería una locura... Y así muchas otras. La verdad moría de miedo, no a tener un hijo, sino a no ser capaz de ser madre, nunca en mi vida he preparado una mamadera, jamás he cambiado un pañal; sentía que mi instinto materno era tan pobre que con suerte podía con mi gato.
En el fondo me sentía triste, cuando veía a los hijos de mis amigas, cuando se paseaban con sus barrigas enormes, yo me preguntaba cómo se sentirá todo aquello, que una persona pequeña te diga mamá, poder entregarle todo lo que soy a otro ser... qué se sentirá pensaba, pero jamás lo dije.
Tiempo después de comenzar nuestra historia, Lilo y yo hablamos sobre el ser madres, ambas sentíamos miedo, pero con el tiempo junto con crecer nuestro amor comenzaron a hacerse cada vez más pequeños nuestros miedos y el ser madres dejó de ser una idea, y comenzó a ser un deseo y ahora un proyecto.
Buscamos información al respecto, leímos algunos blogs nos identificamos con las historias; comenzamos a soñar con hijos; Lilo quiere que sean cuatro, dos cada una me dice... una familia grande, yo quiero que sus nombres sean en mapudungun, quiero que crezcan conociendo sus raíces y que su abuelo (el padre de Lilo) les enseñe el amor a la tierra, a su historia, a su pueblo.
Contarle a mi Madre...
Siempre le dije a mi mamá que yo no le daría nietos, ella se ponía triste, mis hermanos te darán nietos le decía y trataba de desentenderme.
Un día hablando por teléfono me contaba con tanta ilusión sobre la pequeña recién nacida hija de una amiga y le dije mamá si Lilo tuviese un hijo lo querrías, se puso nerviosa, ¿quieren tener hijos? Sí, le dije, cuatro para que no se peleen las abuelas (la mamá de Lilo ama los bebés) Soltó una carcajada nerviosa, sí me dijo, claro todos serían mis nietos y suspiro, luego guardó silencio, serán unas maravillosas madres y tú una abuela malcriadora le dije y suspiro.
Queremos, lógicamente, tener cosas antes de entrar en la dulce espera de nuestro primer bebé, yo quiero que el tiempo pase pronto para tener aquí a nuestro hijito.
Por Nini
Debe ser maravilloso tener un hijo en pareja y más maravilloso aun contar con el apoyo de vuestras madres.
ResponderEliminarUn abrazo gigante y toda la suerte del mundo!
Gracias por tus palabras.
Me encantò su post, yo tambièn me autoconvencì por años que tenìa que ser la mejor tìa del mundo, que ese era mi destino y aunque adoro a mis sobrinos, algo me decìa tenìa que golpear puertas y seguir apostando por este sueño.
ResponderEliminarMe gustò leer que su madre las apoyo, es fundamental contar con la familia, sobretodo para los niños, las felicito por plantearse la maternidad.
Un abrazo y miles de besos.